Estudiantes de 3-D
Disfrutando de piscina y divirtiéndose ya que la lúdica es parte del aprendizaje.
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Cuentos inventados por los mismos estudiantes
Los estudiantes del GRADO TERCERO D crean cuentos mejorando su creatividad e ingenio.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
lunes, 18 de noviembre de 2013
jueves, 14 de noviembre de 2013
TEST ACRA
Los estilos de aprendizaje son definidos como los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los alumnos perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje.
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El mito del Cóndor
Se dice que en un pueblo, un hombre vivía con su hija. La hija cuidaba
obejas y otros animales y cada día un joven vestido con elegancia iba a
visitarla, el joven tenía un traje negro hermoso, chalina blanca y un
gran sombrero. Cada día el joven iba a visitar a la jovencita, y se
hicieron buenos amigos.
Un día comenzaron a jugar así: “Álzame tú y yo te alzaré”. Comenzaron el juego, y el joven alzo a la joven. Recién cuando la había alzado en alto, la joven se dio cuenta de que estaba volando.
El joven puso a la niña dentro de un nido en un barranco. Allí el joven se convirtió en cóndor. Por varios meses el cóndor cuido a la joven, le daba toda clase de carnes para comer y bebidas para tomar.
Cuando habían estado unos años juntos, ella llego a ser mujer y dio a luz un niño, pero, la ya ahora mujer, lloraba día y noche por su padre, a quien había dejado en su pueblo.
“¿Cómo puede estar solo mi padre? ¿Quién está cuidando a mi padre? ¿Quién está cuidando a mis ovejas? Devuélveme a mi casa”, le rogaba la mujer al cóndor pero él hacia caso omiso a sus peticiones.
Un día un picaflor apareció. La mujer le dijo: “¡Ay, picaflor! no tengo ninguna manera de bajar de aquí, Hace más de un año, un cóndor, convirtiéndose en joven, me trajo aquí. Ahora soy mujer. Y he dado a luz a su hijo”.
El picaflor le contestó: “Escúchame, no llores. Te voy a ayudar.Iré a contarle a tu papá dónde estás, y tu papá vendrá a buscarte”.
La joven le dijo: “Escúchame, picaflor. ¿Conoces mi casa, no? En mi casa hay muchas flores, te aseguro que si tú me ayudas, todas las flores que hay en mi casa serán para ti”.
Cuando dijo eso, el picaflor voló contento al pueblo, y fue a decir al padre de la mujer: “He descubierto dónde está tu hija. Está en un nido en el barranco.
Es la mujer de un cóndor, va a ser difícil bajarla. Tenemos que llevar un burro muerto”, dijo el picaflor, y explico su plan al viejo.
Dejaron el burro muerto en el suelo. Y mientras el cóndor estaba comiendo el burro, el picaflor y el viejo ayudaron a la jovencita a bajar del barranco.
Después llevaron dos sapos: uno pequeño y otro grande, dejaron los sapos en el nido del barranco. Bajaron el viejo y su hija y fueron hacia el pueblo.
El picaflor fue donde estaba el cóndor, y le contó: “Oye, cóndor. Tú no sabes que desgracia hay en tu casa”. “¿Que ha pasado?” el cóndor le preguntó. “Tu mujer y tu hijo se han convertido en sapos”. El cóndor sorprendido se fue volando a ver. Ni la joven, ni su hijo estaban dentro del nicho, solamente dos sapos.
El cóndor se asustó, pero no pudo hacer nada; y el picaflor está todos los días entre las flores en la casa de la jovencita.
Mientras ella, su hijo y su padre viven felices en la comunidad.
Un día comenzaron a jugar así: “Álzame tú y yo te alzaré”. Comenzaron el juego, y el joven alzo a la joven. Recién cuando la había alzado en alto, la joven se dio cuenta de que estaba volando.
El joven puso a la niña dentro de un nido en un barranco. Allí el joven se convirtió en cóndor. Por varios meses el cóndor cuido a la joven, le daba toda clase de carnes para comer y bebidas para tomar.
Cuando habían estado unos años juntos, ella llego a ser mujer y dio a luz un niño, pero, la ya ahora mujer, lloraba día y noche por su padre, a quien había dejado en su pueblo.
“¿Cómo puede estar solo mi padre? ¿Quién está cuidando a mi padre? ¿Quién está cuidando a mis ovejas? Devuélveme a mi casa”, le rogaba la mujer al cóndor pero él hacia caso omiso a sus peticiones.
Un día un picaflor apareció. La mujer le dijo: “¡Ay, picaflor! no tengo ninguna manera de bajar de aquí, Hace más de un año, un cóndor, convirtiéndose en joven, me trajo aquí. Ahora soy mujer. Y he dado a luz a su hijo”.
El picaflor le contestó: “Escúchame, no llores. Te voy a ayudar.Iré a contarle a tu papá dónde estás, y tu papá vendrá a buscarte”.
La joven le dijo: “Escúchame, picaflor. ¿Conoces mi casa, no? En mi casa hay muchas flores, te aseguro que si tú me ayudas, todas las flores que hay en mi casa serán para ti”.
Cuando dijo eso, el picaflor voló contento al pueblo, y fue a decir al padre de la mujer: “He descubierto dónde está tu hija. Está en un nido en el barranco.
Es la mujer de un cóndor, va a ser difícil bajarla. Tenemos que llevar un burro muerto”, dijo el picaflor, y explico su plan al viejo.
Dejaron el burro muerto en el suelo. Y mientras el cóndor estaba comiendo el burro, el picaflor y el viejo ayudaron a la jovencita a bajar del barranco.
Después llevaron dos sapos: uno pequeño y otro grande, dejaron los sapos en el nido del barranco. Bajaron el viejo y su hija y fueron hacia el pueblo.
El picaflor fue donde estaba el cóndor, y le contó: “Oye, cóndor. Tú no sabes que desgracia hay en tu casa”. “¿Que ha pasado?” el cóndor le preguntó. “Tu mujer y tu hijo se han convertido en sapos”. El cóndor sorprendido se fue volando a ver. Ni la joven, ni su hijo estaban dentro del nicho, solamente dos sapos.
El cóndor se asustó, pero no pudo hacer nada; y el picaflor está todos los días entre las flores en la casa de la jovencita.
Mientras ella, su hijo y su padre viven felices en la comunidad.
martes, 12 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
CUENTO EL SEÑOR VIEJO
EL SEÑOR VIEJO
Estrategia de
producción textual.
Los estudiantes a
través de imágenes inventan cuentos, fabulas y leyendas.
Autores: Estudiantes grado 3-D
Ejemplo para elaborar el cuento
EL RUISEÑOR
Hace miles de
años vivió en China un emperador sordo.
Como no podía
escuchar las voces de los pájaros ordenó que fueran castigados todos aquellos
que no tuvieran un hermoso plumaje.
Un día, su hija estaba
en el jardín y se emocionó mucho al oír a un ruiseñor que cantaba desde las
ramas de un durazno.
—Querido amigo,
no debes estar aquí, pues te aguarda un fuerte castigo —le dijo.
—No importa, de
cualquier forma con estas noches tan frías no podré vivir demasiado —respondió
el ruiseñor.
La hija decidió
llevarlo consigo a sus aposentos para cuidarlo y gozar con sus trinos. Pero una
mañana, sin aviso, el emperador entró a la habitación de la pequeña y descubrió
al pájaro.
—¡Huye para
salvar tu vida! —gritó para proteger a su mascota.
El pajarillo la
obedeció.
Sin embargo, con
el paso del tiempo, la pequeña empezó a debilitarse por la tristeza de su
ausencia. El emperador hizo traer a un médico.
—No podemos
hacer nada por ella —afirmó éste.
El padre recibió
la noticia con gran preocupación pero, aprovechando la visita del doctor, le
preguntó por su propia sordera.
—Para ésa sí hay
una cura: consiste en aplicarle al oído el corazón caliente de un ruiseñor
—indicó el médico.
—¡Que busquen
uno de inmediato! —ordenó el rey.
Los hombres que
trabajaban con él le llevaron, precisamente, al amado pajarillo. Éste entró
volando a la habitación.
—Disponga usted
de mi vida. Estoy seguro que su hija se sentirá feliz si usted recupera el oído
—ofreció el pajarillo al emperador, a través de uno de los súbditos que
escribía el mensaje para que éste lo leyera.
Emocionado por
la bondad de la pequeña ave, los ojos del emperador se arrasaron de lágrimas.
—De ninguna
forma. Prefiero seguir siendo sordo que hacerte daño —indicó.
El ruiseñor
siguió viviendo en el palacio. Se recuperó muy pronto de su tristeza y el
emperador supo que aquel pajarillo era el más hermoso de todos, no por su
canto, ni por su plumaje, sino por el bondadoso corazón que había salvado una
vida y siguió latiendo por muchos años.
Autor: Juanito Pérez
Grado: 3-D
Institución Educativa
Ciudad La Hormiga
Sede San Francisco
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